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jueves, 10 de marzo de 2011

El violin del diablo


Ese es el título de una novela de misterio que os recomiendo, escrita por J.Gelinek, en la que encontrareis un monton de curiosas anecdotas sobre el fascinante mundo de los violines. En una de ellas se nos cuenta la historia de El trino del diablo, una de las sonatas más complejas para cualquier violinista, compuestas por el maestro del barroco italiano Giuseppe Tartini. Dejemos que sea el mismo quien nos cuente la historia  

“Una noche, en 1713, soñé que había hecho un pacto con el Diablo y estaba a mis órdenes. Todo me salía maravillosamente bien; todos mis deseos eran anticipados y satisfechos con creces por mi nuevo sirviente. Ocurrió que, en un momento dado, le di mi violín y lo desafié a que tocara para mí alguna pieza romántica. Mi asombro fue enorme cuando lo escuché tocar, con gran bravura e inteligencia, una sonata tan singular y romántica como nunca antes había oído. Tal fue mi maravilla, éxtasis y deleite que quedé pasmado y una violenta emoción me despertó. Inmediatamente tomé mi violín deseando recordar al menos una parte de lo que recién había escuchado, pero fue en vano. La sonata que compuse entonces es, de lejos, la mejor que jamás he escrito y aún la llamo “La sonata del Diablo”, pero resultó tan inferior a lo que había oído en el sueño que me hubiera gustado romper mi violín en pedazos y abandonar la música para siempre….”

Para que veais lo versatil que es el violín os propongo escuchar dos versiones muy distintas de esta fascinante obra, una canónica a cargo del virtuoso Itzhak Perlman y otra más libre tocada por la espectacular Vanessa Mae.
No cometeré el error de preguntaros cual os ha gustado más porque ya me sé la respuesta.

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